Por el principio
Volví, después de un tiempo y con demasiados planes no realizados (incluídos para este blog), a usar sin más este medio.
Hoy tras todo lo pasado volvía a un estado irascible, por deseos (cómo no) no realizados, frustrado i con ganas de enviarlo todo al carajo. Al fin y al cabo la gente no cambia, eso decia mi sabio padre, cuando hablaba de su mujer, cuanta razón maestro.
Llevo una de las peores semanas del año, justo al inicio cuando las esperanzas, las energías, los cambios y las ilusiones hacen de nosotros unas personas mas vivídas con ganas de comerse el mundo, pues hale! aquí el nene enfrascado en una encrucijada, mientras el trabajo ahoga (pero no mata), los estudios siguen ahi (como promesa que prometedores) y un lío en el centro de uno mismo que pa qué. Suerte de algún atisbo de felicidad, cuando más premeditadamente que casual me imagino en algun marco de puerta satisfaciendo mi voyeurismo o me sorprendo riendo y mirando al cielo recortado por las callejuelas de mi nuevo perímetro diario, el barrio barcelonés del Raval (sí, habéis leido bien, pero esto será otro post). Sigo más apesadumbrado que siendo yo mismo, pero qué le vamos a hacer, ya poca gente recuerda la imagen que tengo de mí mismo, por el tiempo que ya no se refleja en mí. Por suerte hoy hay un pico de alegria: aprobé el examen de conducir, aunque a ciertas edades se tenga que decir con boca chica y riéndose de uno mismo, lo contento que está de una hazaña post-adolescente.
PS: Mañana acabo exámenes calculando, sera como mínimo un buen día.
Hoy tras todo lo pasado volvía a un estado irascible, por deseos (cómo no) no realizados, frustrado i con ganas de enviarlo todo al carajo. Al fin y al cabo la gente no cambia, eso decia mi sabio padre, cuando hablaba de su mujer, cuanta razón maestro.
Llevo una de las peores semanas del año, justo al inicio cuando las esperanzas, las energías, los cambios y las ilusiones hacen de nosotros unas personas mas vivídas con ganas de comerse el mundo, pues hale! aquí el nene enfrascado en una encrucijada, mientras el trabajo ahoga (pero no mata), los estudios siguen ahi (como promesa que prometedores) y un lío en el centro de uno mismo que pa qué. Suerte de algún atisbo de felicidad, cuando más premeditadamente que casual me imagino en algun marco de puerta satisfaciendo mi voyeurismo o me sorprendo riendo y mirando al cielo recortado por las callejuelas de mi nuevo perímetro diario, el barrio barcelonés del Raval (sí, habéis leido bien, pero esto será otro post). Sigo más apesadumbrado que siendo yo mismo, pero qué le vamos a hacer, ya poca gente recuerda la imagen que tengo de mí mismo, por el tiempo que ya no se refleja en mí. Por suerte hoy hay un pico de alegria: aprobé el examen de conducir, aunque a ciertas edades se tenga que decir con boca chica y riéndose de uno mismo, lo contento que está de una hazaña post-adolescente.
PS: Mañana acabo exámenes calculando, sera como mínimo un buen día.
0 comentarios:
Publicar un comentario
Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]
<< Inicio