Lunes y con gripe!
Increíble pero cierto, sobreviví a un día muy laaaaaargo. Sin dormirme y haciendo todo lo que tocaba (bueno, casi todo). Este fin de semana y gracias a una gripe, estuve en casa (pese a un incidente llamado Catwalk), disfruté y sobre todo, sobre todo, descansé. Gocé de la compañía y los mimos de los míos, me sentí bien, sin hacer nada del otro domingo… ¡Qué bien me sentó esta gripe!
Me invitaron a pensar en algo elevado, que me hiciera bien, algo por lo que valiese la pena esforzarme. No fue difícil, es una imagen que de un tiempo a esta parte, cada vez es más clara y nítida, como el reflejo de las monedas de un cofre en una película de piratas. Sonreí. Solo me quedaba medio día.
En la relajación de estos días, fantasmas que creí desterrados, volvieron. Descubrí que tenía una nueva perspectiva, una nueva manera de ver las cosas (no solo por estar a 3 paradas de metro), fue genial, sosegado, tranquilo y con la certeza que el tiempo me dio la razón. ¡Qué bien me sentó esta gripe! Sigo preocupado y decidido a ceder mi seguridad y tranquilidad a quien no la tiene, lo prometo maestro, esta vez lo conseguimos, de verdad, lo creo. Poco a poco, sin fallar, como aprendí. Me hago mayor, aunque nunca lo creímos…
Tras una larga tarde, al salir sin dejar de sonreír, decidí celebrar el aumento de la plantilla familiar con mis primos, “…mejor lo dejo para mañana, ahora no están...”. Llegué a casa satisfecho de una buena jornada, cansado lo justo pero cansado, ya se sabe. La gripe.
PS: Gracias por las preocupaciones nenes y no me seáis tan envidiosos, el “finde” que viene vamos todos ;).
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